Taller online para comprender las implicaciones de tus cambios cíclicos y aprender cómo las herramientas prácticas del Yoga te pueden ayudar a calmar, sanar o mejorar los desequilibrios más habituales relacionados con tu ciclo menstrual.
Como afirma la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri, el desarrollo del ciclo menstrual se expresa a través de una alternancia cíclica tanto entre hormonas, como entre los sistemas con los que interaccionan dichas hormonas, como son el sistema nervioso, inmunitario y endocrino principalmente. Pero también, poco a poco, el sistema digestivo va ocupando el lugar de relevancia que merece.
Para que la salud hormonal de las mujeres fluya, tanto el funcionamiento de dichos sistemas como su relación entre sí, ha de ser equilibrada. Si falla uno, empiezan a fallar los demás.
El equilibrio de las funciones implícitas al ciclo menstrual (limpieza, inmunidad, fertilidad…) es muy permeable a la manera en que nos afectan las distintas realidades externas y emocionales que componen nuestra vida.
Sus posibles disfunciones siempre son una señal de que algo no va bien y que por lo tanto, nos debemos atender.
En el equilibrio de tu ciclo menstrual influye la comunicación que sucede entre los hábitos externos y las tendencias y predisposiciones internas. De algunas de esas acciones eres consciente y de otras quizá no. Algunas forman parte de tu campo de acción y otras se te escapan.
Todas esas situaciones, hábitos y estímulos tanto internos como externos, comparten una misma cualidad: el cambio y la fluctuación.
Si empiezas a notar que algo en tu salud hormonal falla, hay que aprender a leer la realidad de manera dinámica y en relación.
Una de las bases filosóficas del Yoga, que viene de los Vedas, es que el tiempo, el espacio, y hasta la materia, todo es considerado como una realidad cíclica, cambiante, con sus puntos de inflexión y expansión.
Y que tanto el hecho de comprender, como negar dicha dimensión de la vida cíclica y la impermanencia, nos causa dolor.
La buena noticia es que muchas de las herramientas físicas y mentales que propone el Yoga, pueden ayudar a compensar y equilibrar los efectos que nos provocan los cambios (diarios, estacionales, vitales… y por supuesto, menstruales).
Por eso es importante dejar que la sabiduría del Yoga impregne el viaje de autoconocimiento que supone descubrir tu ciclo menstrual. Abrirse a una reflexión profunda, más allá de encasillarnos en una teoría que nos clasifica a las mujeres, para construir así un camino personal que te ayude a conocer profundamente tu esencia, más allá de cualquier fase o etiqueta.
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